Estrategias de aprendizaje
El aprendizaje activo es una técnica pedagógica acuñada por los profesores Charles Bonwell y James Eison en su libro de 1991 Active Learning: Crear emoción en el aula. Bonwell y Eison sostenían que la enseñanza debería consistir menos en impartir información a los alumnos mediante el aprendizaje basado en clases magistrales y más en desarrollar destrezas, a la vez que se implicaba a los alumnos en un pensamiento de orden superior, ya fuera leyendo o escribiendo sobre la tarea en cuestión o debatiéndola.
El aprendizaje activo se refiere a las prácticas de enseñanza que dan a los estudiantes la oportunidad de trabajar con conceptos una y otra vez, de diversas maneras y con oportunidades de retroalimentación inmediata, de modo que el conocimiento pueda afianzarse en sus propias mentes. Las actividades de aprendizaje activo pueden incluir estrategias didácticas como la representación de papeles, la resolución de problemas, las encuestas, los debates, el trabajo en grupo, los estudios de casos y las simulaciones.
Métodos de aprendizaje activo
“Aprender no es un deporte de espectadores. Los alumnos no aprenden mucho simplemente sentados en clase escuchando a los profesores, memorizando tareas prefabricadas y escupiendo respuestas. Deben hablar de lo que aprenden, escribir sobre ello, relacionarlo con experiencias pasadas, aplicarlo a su vida cotidiana. Deben hacer que lo que aprenden forme parte de ellos mismos”.
El aprendizaje activo es un enfoque centrado en el alumno en el que la responsabilidad del aprendizaje recae en él, a menudo trabajando en colaboración con sus compañeros. En el aprendizaje activo, los profesores son facilitadores y no proveedores unidireccionales de información. La presentación de hechos, tan a menudo introducida a través de conferencias directas, se reduce en favor de la discusión en clase, la resolución de problemas, el aprendizaje cooperativo y los ejercicios escritos (calificados y no calificados). Otros ejemplos de técnicas de aprendizaje activo son los juegos de rol, los estudios de casos, los proyectos en grupo, la enseñanza entre iguales, los debates, la enseñanza “justo a tiempo” y las demostraciones breves seguidas de debate en clase.
Aprendizaje activo Aprendizaje profundo
El aprendizaje activo es un enfoque de la enseñanza que implica la participación activa de los estudiantes con el material del curso a través de debates, resolución de problemas, estudios de casos, juegos de rol y otros métodos. Los enfoques de aprendizaje activo atribuyen un mayor grado de responsabilidad al alumno que los enfoques pasivos, como las clases magistrales, pero la orientación del instructor sigue siendo crucial en el aula de aprendizaje activo. Las actividades de aprendizaje activo pueden durar desde un par de minutos hasta sesiones de clase completas, o pueden desarrollarse en varias sesiones.
Teoría del aprendizaje activo
El aprendizaje activo es un enfoque pedagógico en el que los alumnos participan activamente en el proceso de aprendizaje, en lugar de sentarse en silencio y escuchar. El aprendizaje activo se basa en la teoría constructivista del aprendizaje, que postula que las personas aprenden conectando nuevas ideas y experiencias con lo que ya saben. Como señala Tabitha Kirkland, profesora asociada de la UW,
“Los alumnos pueden asimilar la nueva información a un marco mental ya existente, o pueden modificar ese marco para acomodar la nueva información que contradice la comprensión previa. Si los alumnos no tienen la oportunidad de lidiar activamente con las contradicciones entre lo que ya creían saber y la nueva información que están asimilando, no se darán cuenta de que existe una discrepancia y no aprenderán del todo la nueva información”.
En el siguiente vídeo, Scott Freeman, profesor emérito de la UW, explica lo que dicen las investigaciones sobre cómo el aprendizaje activo puede mejorar el aprendizaje, aumentar la equidad en la participación y reducir los índices de fracaso.
