Cómo mejorar la autonomia de los centros educativos

Reconocimiento de voz para desarrollar la autonomía de los alumnos

En los últimos años ha crecido el coro de expertos que sostienen que los profesores han llegado a sentir un profundo desagrado por su trabajo. Sostienen que los profesores están descontentos con su falta de control y libertad. Estos expertos creen que los educadores desanimados han abandonado la profesión en masa.

Pero, ¿realmente los profesores carecen de autonomía y libertad? Y lo que es más importante: Como nación, ¿hemos alcanzado el equilibrio adecuado entre responsabilidad y autonomía que es necesario para la innovación en el lugar de trabajo, la satisfacción profesional y los resultados generales?

Para comprender mejor esta cuestión, examinamos una serie de datos relevantes. En primer lugar, realizamos un análisis de la Encuesta de Escuelas y Personal de 2011-12, o SASS, una encuesta nacional representativa de profesores y directores administrada regularmente por el Centro Nacional de Estadísticas de Educación. Estos datos son los más recientes disponibles. En segundo lugar, examinamos varias encuestas estatales, incluidos los datos de 2013 de Kentucky y Tennessee, así como otros datos de encuestas nacionales recientes sobre las actitudes de los profesores.

Flexibilidad de los planes de estudio

Acceso abierto Este artículo se distribuye bajo los términos de la licencia Creative Commons Attribution 4.0 International License (http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/), que permite su uso, distribución y reproducción sin restricciones en cualquier medio, siempre que se dé el debido crédito al autor o autores originales y a la fuente, se facilite un enlace a la licencia Creative Commons y se indique si se han realizado cambios.

J Educ Change 20, 31-55 (2019). https://doi.org/10.1007/s10833-018-9332-5Download citationShare this articleAnyone you share the following link with will be able to read this content:Get shareable linkSorry, a shareable link is not currently available for this article.Copy to clipboard

Harry Kuchah Kuchah – Cómo fomentar el aprendizaje independiente

La autonomía escolar puede significar cosas diferentes para cada persona. Los responsables políticos la ven como una forma de hacer que las escuelas respondan mejor a las necesidades locales y a los contextos específicos. Para los directores y los profesores, puede significar un mayor control sobre la gestión de la escuela y su dirección pedagógica. Los padres, por su parte, pueden interpretarla como una forma de participar más directamente en los procesos de toma de decisiones de la escuela.

La verdad es que la autonomía escolar es todo esto, lo que hace que sea difícil de definir. Y aunque una mayor autonomía parezca un beneficio para los padres, los profesores y los dirigentes escolares, también plantea importantes cuestiones. ¿Qué papel deben desempeñar las autoridades centrales en un sistema recién descentralizado? ¿A quién deben rendir cuentas las escuelas? ¿Y cómo garantizar que las decisiones tomadas por la dirección de las escuelas se ajusten a las estrategias nacionales? Porque si bien una mayor autonomía puede suponer una mayor libertad para los profesores y los directores de los centros, también implica nuevas responsabilidades que pueden parecer abrumadoras para quienes no están preparados.

¿Autonomía para lo desconocido o hegemonía de lo conocido?

Resumen El gobierno y los investigadores utilizan medidas de rendimiento escolar, como el valor añadido contextual, para afirmar que la concesión de autonomía a los centros educativos respecto al control de las autoridades locales produce un rendimiento superior de los alumnos en los exámenes GCSE. Este artículo explora hasta qué punto es razonable inferir la causalidad entre la autonomía y el rendimiento de los alumnos, dado que los alumnos no son asignados aleatoriamente a los centros y los centros no adquieren la condición de autónomos al azar. Se utilizan datos administrativos abundantes y la Encuesta Longitudinal de Jóvenes en Inglaterra para evaluar si las inferencias de tipo CVA están confundidas por las características de los alumnos que explican tanto las posibilidades de asistir a una escuela autónoma como el rendimiento académico. La asignación del estatus de escuela subvencionada (y, por tanto, ahora de fundación) a través de una votación de los padres se utiliza para comparar las escuelas que acaban de obtener la autonomía, y las que no, hace más de una década. Estas estrategias de estimación alternativas sugieren que hay pocas pruebas de que el estatus de fundación produzca casualmente un rendimiento escolar superior.

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