Cómo educar a un niño emocionalmente inteligente
¿Qué sientes, ahora mismo, al empezar a leer esto? ¿Sientes curiosidad? ¿Esperas aprender algo sobre ti mismo? ¿Aburrido porque es algo que tienes que hacer para la escuela y no te interesa mucho, o contento porque es un proyecto escolar que te gusta? Tal vez estés distraído por otra cosa, como sentirte emocionado por tus planes de fin de semana o triste porque acabas de pasar por una ruptura.
Sentimos nuestras emociones desde que somos bebés. Los bebés y los niños pequeños reaccionan a sus emociones con expresiones faciales o con acciones como reír, abrazar o llorar. Sienten y muestran sus emociones, pero aún no tienen la capacidad de nombrar la emoción o decir por qué se sienten así.
A medida que crecemos, nos volvemos más hábiles para entender las emociones. En lugar de reaccionar como los niños pequeños, podemos identificar lo que sentimos y expresarlo con palabras. Con el tiempo y la práctica, mejoramos en saber lo que sentimos y por qué. Esta habilidad se llama conciencia emocional.
La conciencia emocional nos ayuda a saber lo que necesitamos y queremos (o no queremos). Nos ayuda a establecer mejores relaciones. Y es que ser conscientes de nuestras emociones puede ayudarnos a hablar de los sentimientos con más claridad, a evitar o resolver mejor los conflictos y a superar los sentimientos difíciles con más facilidad.
Desarrollo emocional del niño
Este proyecto de investigación-acción se llevó a cabo para comprobar los efectos de la narración de cuentos en el desarrollo emocional de niños de tres a seis años en un entorno de primaria Montessori (PreK-K). El entorno era una escuela rural, y este estudio tuvo lugar en un ambiente con 28 niños que son predominantemente caucásicos y provienen de familias de clase media-alta. Los datos se recopilaron mediante una hoja de registro, notas de campo de observación, una rúbrica de discusión en grupos pequeños y una rúbrica de observación. Cada día se contaban historias centradas en emociones como la ira, la tristeza y la frustración. El adulto compartía primero una historia y luego invitaba a los niños a compartirla. A continuación, se organizaba un debate en pequeños grupos sobre la forma en que se siente o se ve la emoción en cuestión. Los resultados concluyeron que la narración de historias sí ayudaba a los niños en su desarrollo emocional al darles el lenguaje que necesitaban para poder expresarse. Las implicaciones del plan de acción concluyen que el estudio podría llevarse a cabo utilizando diferentes métodos para hablar de las emociones.
Cómo apoyar el desarrollo social en la primera infancia
Este proyecto de investigación-acción se llevó a cabo para comprobar los efectos de la narración de cuentos en el desarrollo emocional de niños de tres a seis años en un entorno de primaria Montessori (PreK-K). El entorno era una escuela rural, y este estudio tuvo lugar en un ambiente con 28 niños que son predominantemente caucásicos y provienen de familias de clase media-alta. Los datos se recogieron mediante una hoja de registro, notas de campo de observación, una rúbrica de discusión en grupos pequeños y una rúbrica de observación. Cada día se contaban historias centradas en emociones como la ira, la tristeza y la frustración. El adulto compartía primero una historia y luego invitaba a los niños a compartirla. A continuación, se organizaba un debate en pequeños grupos sobre la forma en que se siente o se ve la emoción en cuestión. Los resultados concluyeron que la narración de historias sí ayudaba a los niños en su desarrollo emocional al darles el lenguaje que necesitaban para poder expresarse. Las implicaciones del plan de acción concluyen que el estudio podría llevarse a cabo utilizando diferentes métodos para hablar de las emociones.
Cómo apoyar el desarrollo emocional en la primera infancia
ResumenLos avances neurocientíficos demuestran que el rango de edad de cero a cinco años representa una ventana crítica tanto para el aprendizaje como para la enseñanza, que debe implicar el desarrollo de la competencia emocional y el crecimiento de la autorregulación como base para el éxito académico, personal y social a largo plazo, promoviendo la salud mental y el bienestar. Hallazgos recientes sugieren que estas capacidades emergen de la co-regulación de las interacciones sociales y emocionales empáticas entre un cuidador y un niño pequeño. Sobre la base de esta investigación, la presente revisión (a) describirá los fundamentos teóricos de un enfoque de aprendizaje social y emocional basado en centros de cuidado y desarrollo infantil para apoyar el crecimiento de estas capacidades fundacionales en los niños desde el nacimiento; (b) examinará el papel de la corregulación con un cuidador/profesor profesional en la promoción de estas capacidades; y (c) detallará cómo el aprendizaje temprano social cognitivo emocional, un enfoque integrador basado en la evidencia, se esfuerza por fomentar estas competencias a través de la comunicación emocional, la orientación, las herramientas y las técnicas, sobre todo la charla causal en el contexto de la experiencia emocional.