Falta de acceso a la educación
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En pocas palabras, el abandono estratégico es el arte de dejar ir. Es un proceso que consiste en examinar de cerca todos los planes, proyectos e iniciativas activos y determinar si están teniendo un impacto duradero o si deben detenerse deliberadamente. Esta práctica se utiliza a menudo en el sector empresarial como herramienta para adaptarse a las cambiantes tecnologías y condiciones sociales -dos cosas con las que los profesionales de la educación pública podrían estar familiarizados- para desprenderse de iniciativas innecesarias y dejar espacio a otras mejores.
Como educadores, a menudo nos apresuramos a poner en marcha el siguiente gran programa o iniciativa que nos ayude a cumplir nuestros objetivos y mejorar los resultados de los alumnos, pero rara vez volvemos atrás para analizar, detener o aplazar los antiguos programas que quizá ya no sean pertinentes o no produzcan resultados significativos. En el contexto actual, muchos distritos han puesto punto final a los nuevos programas, comprometiéndose a “no añadir nada nuevo” a sus ya cansados profesores y personal. En este caso, todavía puede ser importante aligerar la carga abandonando estratégicamente los programas que están causando más carga que beneficio.
Falta de educación: problemas y soluciones
Esta creencia es cuestionable, pero importante porque la gente contrae habitualmente una deuda estudiantil de 50.000 libras. Los elevados costes universitarios y el mecanismo de precios de la enseñanza superior convierten a los estudiantes en clientes, que quieren tener garantizada la rentabilidad de su dinero. Pero el proceso comienza mucho antes de la universidad, con menos estudiantes de bachillerato de humanidades porque las carreras más profesionales exigen los bachilleratos apropiados. Es difícil creer que, hasta finales de los años 50, algunos estudiantes de medicina entraban en la facultad con becas clásicas y aprendían sobre el cuerpo humano durante su formación. De hecho, cuando yo era estudiante universitario, los estudiantes de medicina tenían que pasar un año de su primera carrera estudiando una asignatura de letras, para ampliar sus conocimientos. Un juez me dijo que aconsejaba a los aspirantes a abogados que estudiaran una carrera distinta de Derecho antes de hacer un curso de reconversión, para que se sintieran “bien formados” en lugar de saber sólo Derecho. Los programas serios de prácticas de periodismo rara vez contratan a alguien cuya única titulación sea en estudios de medios de comunicación. Comprender el mundo más allá de la propia vocación tiene un valor incalculable.
Datos sobre la falta de educación
La crisis que vive hoy la educación pública es la consecuencia lógica del plan implementado por Jaime Guzmán, esto es, el desmantelamiento de la educación pública como posible motor de cambio social y limitarla a un rol de cobertura y alfabetización técnica, acorde al precario mercado laboral.
Este maquiavélico plan de desmantelamiento, particularmente de la escuela pública, tuvo su primer paso en el proceso de desmunicipalización, que además de generar la deuda histórica de los profesores, segregó a la sociedad en comunas pobres y ricas, generando una estratificación social de los establecimientos educacionales según su ubicación geográfica, lo que determinaría grandes brechas en términos de rendimiento académico y financiamiento entre un colegio ubicado en el centro de la ciudad y otro, ubicado en la periferia.
La segunda parte de este proyecto consistió en poner a competir a los colegios municipales con los particulares subvencionados, dando muchas más ventajas a los dueños de los primeros para que crearan un nuevo negocio con el sistema de subvenciones, invitando a todos los sectores políticos (desde la derecha hasta la centroizquierda) a ser parte de este carnaval del lucro con el conocimiento. Estas ventajas comparativas comenzaron a hacerse evidentes, sobre todo cuando comenzó a producirse un éxodo de alumnos de los colegios municipales a los particulares subvencionados, con la esperanza de lograr cierta movilidad social ascendente.
Falta de educación debido a la pobreza
Este estudio observacional retrospectivo analizó los registros de niños menores de 18 años con leucemia linfoblástica aguda (LLA) registrados para recibir tratamiento en un hospital universitario de atención terciaria del norte de la India entre 1995 y 2012. Se realizó un seguimiento de los niños que rechazaron o abandonaron el tratamiento, y las razones del rechazo/abandono se registraron mediante entrevistas telefónicas o por correo postal. Se compararon los parámetros sociodemográficos mediante la prueba de chi-cuadrado/t de Student para identificar los factores predictivos del rechazo/abandono.
El rechazo del tratamiento se observó en el 16,8% (96/572) de los niños con LLA; fue estadísticamente mayor en los lactantes (p = 0,004), las niñas (p = 0,04), los hijos de padres con bajo nivel de alfabetización (p < 0,001) y los de nivel socioeconómico más bajo (p < 0,001). Las principales causas de rechazo del tratamiento fueron las limitaciones económicas (59,4%) y una creencia errónea sobre la incurabilidad del cáncer (22,9%). Una vez iniciada, la terapia fue abandonada por 139/476 niños (29,2%), la mayoría (41%) durante la inducción, seguida del mantenimiento (17,9%). Los principales motivos de abandono fueron las limitaciones económicas (34,5%), la falsa percepción de curación (20%), el mal estado general del niño (15%), la ausencia de mejoría en el niño (13%) y la negativa a donar sangre (3%). Las razones citadas fueron diferentes en las distintas fases del tratamiento. El abandono fue estadísticamente mayor en los niños de origen rural (p < 0,001) o de nivel socioeconómico más bajo (p < 0,001), y en aquellos cuyos padres tenían un nivel de alfabetización más bajo (p < 0,001). La hemoglobina baja (p = 0,01) y la emaciación grave (p = 0,01) fueron mayores en los niños que abandonaron el tratamiento.