Cómo mejorar la calidad de la educación en las escuelas públicas
Los directores de los colegios quieren que todos sus profesores sean grandes maestros. Los grandes profesores facilitan el trabajo de los directores. En realidad, no todos los profesores son excelentes. La grandeza tarda en desarrollarse. Un componente importante del trabajo de un director de escuela es mejorar la calidad del profesorado. Un líder escolar eficaz tiene la capacidad de ayudar a cualquier profesor a pasar al siguiente nivel. Un buen líder escolar ayudará a un mal profesor a convertirse en eficaz, a un profesor eficaz a convertirse en bueno y a un buen profesor a convertirse en genial. Entienden que se trata de un proceso que requiere tiempo, paciencia y mucho trabajo.
Al mejorar la calidad de los profesores, mejorarán naturalmente los resultados del aprendizaje de los alumnos. La mejora de las aportaciones equivale a la mejora de los resultados. Este es un componente esencial del éxito escolar. El crecimiento y la mejora continuos son necesarios. Hay muchas maneras en que un líder escolar puede mejorar la calidad del profesorado en su edificio. Aquí examinamos siete formas en las que un director puede ayudar a los profesores a crecer y mejorar.
Lleva mucho tiempo realizar una evaluación exhaustiva de los profesores. Los directores de los centros educativos suelen estar abrumados por todas sus obligaciones y las evaluaciones suelen quedar relegadas a un segundo plano. Sin embargo, las evaluaciones son el aspecto más crucial a la hora de mejorar la calidad del profesorado. Un director de escuela debe observar y evaluar rutinariamente el aula de un profesor para identificar las áreas de necesidad y debilidad y crear un plan individual para que ese profesor mejore en esas áreas.
Cómo mejorar el sistema educativo
En Myanmar se ha aplicado en todo el sector educativo el enfoque de la enseñanza centrada en el niño. Sin embargo, las lecciones que se imparten en la mayoría de las asignaturas siguen basándose en libros de texto anticuados que se recopilaron bajo el régimen militar hace casi 20 años. Las pruebas de rendimiento siguen estando diseñadas para evaluar la capacidad de memorización de los alumnos, en lugar de su capacidad real, y el entorno de aprendizaje sigue sin fomentar que los alumnos sean capaces de estudiar por sí mismos.
El proyecto “Escuela para todos” comenzó en Níger en 2004 con el objetivo de mejorar la calidad y el acceso a la educación de los niños mediante la participación activa de padres, profesores y comunidades. En la actualidad, el proyecto ha llegado a 18.000 escuelas en todo Níger y se ha extendido a unas 40.000 escuelas en toda África[1]. El proyecto “Escuela para todos” tiene tres componentes principales: (1) la creación de un comité de gestión escolar abierto al público con un liderazgo democrático basado en elecciones de voto secreto que han tenido lugar durante una asamblea general de la comunidad; (2) la creación de un plan de acción escolar a través de los debates en una asamblea general de la comunidad sobre los resultados de las evaluaciones de alfabetización y aritmética básica, así como las decisiones sobre cómo implementar el plan basado en las contribuciones voluntarias; (3) el establecimiento de un sistema de seguimiento y apoyo para crear la responsabilidad de lograr el plan de acción escolar.
Para mejorar la calidad de la educación
La educación es el proceso que facilita el aprendizaje o la adquisición de conocimientos, habilidades, valores, creencias y hábitos. La educación de calidad implica específicamente cuestiones como el desarrollo de habilidades apropiadas, la paridad de género, la provisión de infraestructura escolar pertinente, equipamiento, materiales y recursos educativos, becas o personal docente.
La matriculación en la enseñanza primaria en los países en desarrollo ha alcanzado el 91%, pero 57 millones de niños siguen sin estar escolarizados. Más de la mitad de los niños no escolarizados viven en el África subsahariana. Se calcula que el 50% de los niños en edad de asistir a la escuela primaria que no están escolarizados viven en zonas afectadas por conflictos. 103 millones de jóvenes en todo el mundo siguen siendo analfabetos, y más del 60% de ellos son mujeres.
La educación es la base de este ODS, que pretende garantizar la educación para todos, empezando por la educación básica. Los objetivos específicos incluyen proporcionar más oportunidades de formación técnica y profesional a los jóvenes y adultos para que puedan conseguir mejores empleos; acabar con la desigualdad de oportunidades educativas entre hombres y mujeres; proporcionar la educación adecuada a los niños con discapacidades, a los pueblos indígenas y a las víctimas de los conflictos; mejorar las instalaciones escolares para proporcionar un entorno seguro y positivo para todos; aumentar el número de profesores formados y cualificados y promover la educación para el desarrollo sostenible. (Objetivos de acceso al aprendizaje para el ODS 4)
Cómo pueden las universidades mejorar la calidad de la enseñanza
La educación y la formación inclusivas y de alta calidad, así como la promoción de una dimensión europea de la enseñanza que fomente valores comunes, son primordiales para crear y mantener una sociedad europea cohesionada que impulse el crecimiento sostenible.
Sin embargo, en toda Europa las experiencias educativas de los individuos siguen patrones sociales. Los estudiantes procedentes de entornos desfavorecidos obtienen resultados desproporcionadamente bajos. Los que viven en zonas rurales suelen quedarse atrás.
El sexismo y el acoso sexual siguen obstaculizando las experiencias educativas, en particular de las mujeres y las niñas. También hay una brecha de género persistente en campos de estudio, como la ingeniería, la fabricación y la construcción -con solo un 26% de estudiantes mujeres- y la tecnología de la información y las comunicaciones (TIC) -con solo un 18% de estudiantes mujeres- (Estudio Internacional de Alfabetización Informática y de la Información, 2018).
Una educación y formación de alta calidad proporcionará a los ciudadanos los conocimientos, las capacidades y las actitudes que necesitan para prosperar y garantizar la resiliencia económica y la prosperidad social de Europa. Esto incluye la necesidad de dominar las competencias clave, incluidas las habilidades básicas y las competencias digitales.