La importancia de un estilo de vida saludable para los estudiantes
Ayude a los centros escolares a seguir el camino de la salud para que puedan ofrecer a sus alumnos un entorno propicio para la adopción y el mantenimiento de hábitos alimentarios saludables y un estilo de vida físicamente activo.¿Sabía que…? La adopción y el mantenimiento de hábitos de vida saludables es esencial para el desarrollo, la salud y el éxito escolar de su hijo. Es bien sabido que tener unos hábitos alimentarios saludables influye positivamente en el crecimiento y la salud de los jóvenes, sobre todo porque les facilita el aprendizaje. La actividad física regular favorece la concentración, que es un factor clave para el éxito educativo, y crea una sensación de bienestar.
Promover una alimentación sana en las escuelas primarias
Con la llegada del invierno, puede ser difícil seguir un estilo de vida saludable y activo en un clima frío. LARA HERNÁNDEZ y JOE XU, de la Oficina de Salud Preventiva de Nueva Gales del Sur, comparten varios recursos y datos para los educadores y las familias; también mencionan un nuevo programa desarrollado por la Oficina de Salud Preventiva de Nueva Gales del Sur llamado “Time for Healthy Habits” (Hora de los hábitos saludables) que consiste en implantar y mantener un estilo de vida saludable para los niños.www.healthstats.nsw.gov.au
La primera infancia es un periodo importante para establecer hábitos saludables, ya que los niños se encuentran en una etapa importante de su desarrollo en la que están aprendiendo constantemente sobre el mundo que les rodea. Los niños se fijan en su entorno para saber qué hacer y cómo actuar, ya sea copiando la afición de un hermano a patear pelotas dentro de casa o imitando la aversión de un amigo a los guisantes.
La alimentación sana y la actividad física ayudan a los niños a desarrollar conocimientos y hábitos para un estilo de vida saludable y pautas de actividad física que pueden contribuir a mantener un rango de peso saludable a lo largo de su vida. Hay muchos otros beneficios de la alimentación sana y el juego activo en los niños, como la mejora de la concentración, la calidad del sueño, la confianza/autoestima, las habilidades sociales y la facilitación del desarrollo del movimiento y la coordinación. [1]
Promover un estilo de vida saludable en la nueva normalidad
Son las 8 de la mañana y el sol ya abrasa los patios deportivos frente a un instituto del distrito de Klaten, en Java Central (Indonesia). Hay un entrenamiento de baloncesto en un lado y de tenis en el otro, pero no todo el mundo se apunta. “No me gusta hacer deporte al aire libre, ¡hay mucho polvo y hace calor!”. ríe Zahfa. A juzgar por el número de sus compañeros que charlan a la sombra, no es la única. Para muchos de los alumnos, esta clase de deportes es la única actividad física que realizan en toda la semana. Su jornada escolar es larga y no les da tiempo para hacer ejercicio. Tampoco fomenta los hábitos alimentarios saludables: los alumnos llegan a las 6.45 y las clases continúan, con algunos descansos, hasta última hora de la tarde, lo que explica en parte por qué es tan frecuente saltarse el desayuno.
Factores como estos, así como cambios más amplios en las dietas (como el mayor consumo de alimentos poco saludables) y la industrialización han contribuido a duplicar las tasas de sobrepeso en los adolescentes entre 2004 y 2013. Indonesia se ha centrado tradicionalmente en la reducción de la desnutrición, que sigue siendo un problema importante: alrededor del 30% de los niños menores de 5 años tienen retraso en el crecimiento. Sin embargo, en medio del aumento del sobrepeso, cada vez hay más conciencia de la necesidad de mejorar los conocimientos, las actitudes y los comportamientos de los adolescentes, sus familias y las comunidades en materia de alimentación saludable y actividad física.
